Marshall McLuhan, un importante teórico de la comunicación, dijo que "artes es aquello de lo que nos podemos desprender".
Posiblemente es una definición injusta, porque si bien el arte no ocupa un espacio importante en la vida material de las personas, sí lo hace en la vida intelectual y espiritual.
Parafraseando a McLuhan podríamos decir que "función es aquello de lo que no nos podemos desprender".
Que las cosas funcionen no es un capricho de los ingenieros. Es una necesidad de la vida.
El arte funciona de dentro hacia afuera.
El diseño funciona de fuera hacia dentro.
En numerosas ocasiones, para cumplir una cierta función hay que dotar a los objetos o los mensajes de una forma tan peculiar que en sí misma parece una obra de arte. Como en la barca vikinga de la imagen superior.
Al pulsar sobre la fotografía observaremos que la forma de los animales (y de los humanos) tiene mucho que ver con la adaptación a funciones específicas.
Separar la forma de la función es un camino seguro hacia el suicidio creativo para un diseñador.
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